El vulcanismo en Ío, uno de los satélites de Júpiter, produce ríos de lava, pozos volcánicos y plumas de azufre y dióxido de azufre que son lanzadas a cientos de kilómetros de altura. Esta actividad volcánica fue descubierta en 1979 por los científicos encargados de analizar las imágenes de la sonda Voyager 1. La observación de Ío mediante las misiones espaciales del Programa Voyager, Galileo, Cassini y New Horizons, junto con los distintos observatorios astronómicos terrestres, revelaron más de 150 volcanes activos, aunque se ha predicho la existencia de más de 400 volcanes en total sobre este satélite. La actividad volcánica de Ío hace de este satélite uno de los cuatro objetos celestes volcánicamente activos que se conocen en nuestro Sistema Solar, junto con la Tierra, Encélado (satélite de Saturno) y Tritón (satélite de Neptuno).
La Fuente de Trevi, más conocida por su nombre en italiano Fontana di Trevi, es una fuente ubicada en el rione de Trevi, en Roma. En el centro de la fuente se encuentra el dios Neptuno —u Océano—, conduciendo un carro con forma de concha tirado por dos caballos que son retenidos por dos tritones. En la parte superior, se encuentran dos relieves que aluden a la leyenda de su creación, y abajo, se encuentran dos alegorías. Además, ha sido escenario de películas como La dolce vita, Roman Holiday, Three Coins in the Fountain, entre otras. La fuente, junto con el centro histórico de Roma, fueron declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1980. Es considerada como uno de los mayores turísticos de la capital italiana, atrayendo a miles de visitantes al año.